Voyager 1: los límites de la robótica

Cuando el 5 de septiembre del 77 se lanzó la sonda Voyager I por los Estados Unidos, nadie hubiese apostado por la continuidad de esta sonda 35 años después

La que fue concebida como una sonda interplanetaria y que fue la primera máquina diseñada por el hombre para fotografiar Júpiter y Saturno, actualmente es el invento realizado por el hombre que más lejos se encuentra de nuestro planeta tierra, en los limites de nuestra Vía Láctea.

El hecho de que siga investigando y recorriendo la Vía Láctea supone que este sea el mejor aparato robótico construido por el hombre hasta la fecha. Con una distancia de 18.000 millones de kilómetros de nuestro planeta, este artefacto cuenta con un Generador Termoeléctrico de Radioisótopos que le permites seguir generando energía tanto para seguir surcando el espacio como para transmitir dichos datos. Estos tendrán una duración de quince años más.

Este artefacto además contiene una placa, al igual que su hermana gemela (Voyager II) y un disco que contiene información relevante y específica sobre la raza humana y nuestro mundo ante un hipotético contacto exterior.

Voyager 1: los límites de la robótica

La siguiente misión de la sonda será buscar alcanzar la última frontera del Sistema Solar para poder medir las condiciones en las que se encuentra el espacio interestelar (por primera vez en nuestra historia) pudiendo desentrañar dudas acerca de dónde viene nuestro Universo.