Entre las más frecuentes se encuentra el resfriado, que dependiendo de algunas situaciones, podría arrastrar un resfriado continuo que se prolongue por más tiempo del esperado. ¿Qué hacer en situaciones como éstas? Aquí algunos consejos:
Aunque no hay manera de prevenir el resfriado en los pequeños (sobre todo si nace producto de un contagio), es necesario estar alerta cuando el problema se presente. En varias ocasiones, el origen de un refriado puede producirse en los primeros días de convivencia en la guardería.
Por estas fechas, el cuerpo de nuestros pequeños debe adaptarse a la convivencia con otras personas, motivo más que suficiente para pescar una leve enfermedad. Sin embargo, de continuar el problema lo más conveniente es tomar medidas radicales y evitar llevar al niño a la guardería.
Básicamente, la incorporación temprana del bebé a la guardería es una de las razones por la que se producen constantes enfermedades. No todos los niños están preparados para asumir este tipo de cambios que implica la adaptación de un ambiente completamente diferente y la interacción con una mayor cantidad de personas.
En algunos casos, los resfriados continuos pueden ser un llamado de atención para detenernos el problema de fondo. He aquí el reto de los padres, identificar rápidamente el origen de la enfermedad. En ese sentido, el motivo puede deberse a problemas de adaptación, falta de higiene en la guardería o la expansión de un virus entre los pequeños.