Cuando dormimos nuestro cuerpo y por lo tanto nuestro cerebro sigue funcionando, por lo cual muchas veces los sueños tienen diferentes interpretaciones.
Las pesadillas o como algunos les suelen decir, como por ejemplo: “dormí mal” o “tuve un mal sueño”, se producen en todas las etapas de la vida, tanto adulta como en la niñez. Es importante distinguir en qué momentos se presentan y qué tan frecuentemente se producen, ya que pueden causarse por traumas psicológicos o problemas psiquiátricos que no hemos detectado.
Sin embargo en la actualidad la neurología (ciencia que se dedica a estudiar nuestro cerebro) no ha podido determinar cuál es la verdadera causa de los sueños ni de las pesadillas. Algunos especialistas atribuyen los sueños a parte del aprendizaje o de la memoria, incluso se supondría que aportan soluciones a problemas cotidianos.
Durante nuestro sueño el cuerpo humano realiza diferentes funciones orgánicas como la digestión, si bien el descanso por lo general suele relajarnos y aliviar nuestras tensiones diarias, las pesadillas suelen despertarnos y producen que no podamos descansar adecuadamente.
Algunas veces vemos los sueños en forma de imágenes, pero según la fase en la que se encuentra el cerebro, es que podemos recordar o no lo que se produce mientras dormimos.
Las pesadillas nos causan temor y son completamente normales, pero debemos estar atentos a que no se produzcan diariamente. Si este fuera el caso se recomienda consultar con un especialista.