El respeto es lo primordial; los padres o apoderados deben regirse a las normas impuestas por la guardería, cumplir con los horarios y aceptar la metodología de enseñanza del maestro. Los docentes están obligados a planificar reuniones con los padres para informar su forma de trabajo, las actividades a realizar (talleres, escuela para padres , entre otros) y programar un tiempo para los padres, en el cual se pueda disipar dudas, informarles sobre los logros y las deficiencias de sus hijos, además de orientarlos.
La confianza también es clave porque nos ayuda a verbalizar los problemas o limitaciones que puedan tener nuestros pequeños, asimismo nos permite pedir guía y consejo para modificar e influir en sus malos comportamientos y así lograr la autonomía en ellos. Unir la comunicación con la tolerancia favorece a tener una actitud activa y participativa, asumiendo las aportaciones personales de cada quien y llegando a un consenso cuando se tienen opiniones distintas.
Establezcamos una relación verdadera, compartida, complementaria y constructiva, cuyo proyecto común sea la educación. Asegurémonos de estrechar el vinculo Padre – maestro para favorecer satisfactoriamente la formación integral y armónica del niño.
Somos parte de un solo equipo y para llegar a la meta tenemos que trabajar juntos en pos de un futuro mejor, nuestros hijos.