Las siguientes recomendaciones dependen de un factor muy determinante: creatividad e ingenio para crear las condiciones y expectativas en la mentalidad del menor.
Ningún niño se siente bien cuando está lejos de su mamá, es por eso que debes evitar cualquier engreimiento que pudiese generar un serio problema al momento de romper los vínculos cada vez que te despides en la guardería. Tampoco se trata de evitar cualquier muestra de cariño, eso sería peor. Lo ideal es equilibrar nuestras emociones para que el niño no se sienta abandonado en ninguno de los dos casos.
No se recomienda escaparse a escondidas mientras el niño está distraído. Aunque no lo creas, esta experiencia puede resultar traumática hasta el punto de crear una sensación de soledad y abandono. Nadie quiere sentir que ha sido olvidado por su mamá, así que lo mejor es despedirse de forma correcta, así el niño será consciente que sus padres regresarán por él. Eso sí, cuidado con dramatizar en las despedidas, no es nada bueno.
No permitas que el llanto del niño y sus lamentos provoquen una mayor desazón de la que ya se ha creado. Algunos padres se dejan llevar por la tristeza del momento y prefieren regresar a casa con sus hijos. No es bueno jugar con los sentimientos del niño, ellos deben acostumbrarse a desprenderse eventualmente del vínculo que los une con papá y mamá.