Si queremos velar por el buen cuidado y protección de nuestros hijos entonces debemos estar atentos a cada movimiento y modificación que pueda realizarse en el itinerario de nuestros hijos. Entre las primeras necesidades que debemos cubrir es confirmar que existe un número razonable de adultos proveedores para el cuidado de nuestros niños en todo momento.
En ese sentido, se recomienda que haya un adulto por cada 3 o 4 infantes que aún no saben caminar. Un adulto por cada 4 o 5 infantes que ya caminan, y un adulto por cada 6 o 9 niños preescolares. Si la guardería no cumple con estos requisitos, lo mejor sería ir pensando en otras alternativas.
El establecimiento o centro donde se alojan los niños debe cumplir con todos los reglamentos correspondientes a la higiene y limpieza del lugar. Los profesores, proveedores y todo el equipo profesional debe estar altamente capacitado para responder ante una emergencia y desinfectar rápidamente cualquier riesgo de infección que podría generarse a raíz del malestar de uno de los niños.
No estaría de más asistir a las primeras sesiones para verificar la actitud y conducta de los maestros en el cuidado de los niños. Asegúrese que el lugar ocupe un área silenciosa, cómoda y con camas individuales para dormir. Lo mismo sucede con el tiempo destinado para la alimentación, utilizando sillas especiales, mesas y una serie de medios necesarios para una adecuada nutrición.