Lo primordial es el aseo, primero siempre tener las manos limpias tanto para preparar las comidas, como para alimentarlos y manipular los utensilios y materiales de la guardería; hay que tomar las medidas higiénicas necesarias con los implementos de limpieza adecuados para desinfectar lo que podría estar contaminado. Asimismo mantener una rutina de limpieza estricta.
Tener una apropiada distribución de los ambientes, el sector de cambio de pañales separado del de alimentos. También es importante respetar el uso personal de los útiles de aseo (cepillo de dientes, toallas, peines, y mucho más) Además deben de tener asignada su cuna y ropa de cama. Limpiar de forma inmediata los fluidos que se pudieran derramar (esfínteres, mucosidades, sangre, entre otros) con legía diluida en agua.
Los materiales que usan los niños deben de ser hipoalergénico para evitar alergias futuras. Fijar normas adecuadas para cuando los niños tienen alguna enfermedad para prevenir contagios masivos. Desarrollar en los padres conciencia sobre los beneficios de tener a sus hijos con todas las vacunas al día.
Las afecciones más comunes para ser transmitidas en los infantes son: La influenza, la bronquitis, rinitis alérgica, enfermedades gastrointestinales, etc.
Nuestros pequeñines estarán expuestos a estas afecciones, así que solo nos queda tratar de eludirlas con la prevención; la buena noticia es que ellos tendrán su sistema inmunológico desarrollado a los cuatro años.